viernes, 10 de abril de 2015

Esta semana se ha celebrado el Día Mundial de la Salud Bucodental y por lo que analizamos algunas de las claves para tener una boca sana

Una higiene bucodental deficiente es un factor de riesgo del cáncer

Según Vitaldent, este trastorno lleva a una media de 1.000 pacientes anuales a sus clínicas, por lo que es la enfermedad bucodental más común en España, junto con las periodontales.
En este sentido, el director médico de este grupo de clínicas, Gustavo Camañas, explica que la caries dental es una patología producida por la bacteria estreptococos mutans, cuyo principal alimento es la sacarosa. Por este motivo, «la reducción de la ingesta de azúcares, una dieta equilibrada, una buena higiene dental y el uso de flúor» son nuestros principales aliados para prevenir esta patología, explica.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las dolencias bucodentales comparten factores de riesgo con las cuatro enfermedades crónicas más importantes. Una higiene bucodental deficiente, junto a una dieta malsana, el tabaquismo y el consumo nocivo de alcohol, se convierte en un importante factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las patologías respiratorias crónicas y la diabetes, por lo que no debemos menospreciar la importancia de cuidar nuestra higiene bucodental.
Hay determinados alimentos que, siempre y cuando se tenga una correcta higiene bucodental, ayudan a prevenir la caries especialmente «aquellos ricos en calcio como por ejemplo la leche, el yogurt natural y el queso» explica el doctor Camañas, ya que al ingerirlos «se elevan los niveles de PH y se produce una mayor producción de saliva». Frutos secos, plátanos, manzanas y naranjas, guisantes o incluso coles de Bruselas son también alimentos que también favorecen la salivación.
El tiempo de permanencia de los restos de comida en la boca es otra de las claves para que se produzca la caries, por lo que recomiendan cepillarse los dientes después de cada comida con pasta dentífrica fluorada, «sobre todo por la noche, ya que mientras dormimos disminuye la salivación y aumenta la temperatura lo que provoca la proliferación de bacterias».
Asimismo, Camañas aconseja visitar al dentista cada 6 meses para hacer una revisión, y no utilizar productos estéticos, como blanqueadores, sin la supervisión del especialista.

Personas con sobrepeso
El estudio abarcó a unas 2 millonas de personas en el Reino Unido, el más amplio número de casos jamás observado.
Hasta ahora se había pensado que llevar un estilo de vida saludable, incluyendo evitar el sobrepeso, eran claves para reducir el riesgo de demencia.
Pero el más completo y preciso estudio jamás hecho sobre el tema ha puesto esa creencia patas para arriba, no sin poca controversia.
El estudio, publicado en la revista médica británica The Lancet, encontró que las personas con sobrepeso sufren menos de demencia.
Y el resultado sorprendió a los propios investigadores, porque va en contra de lo afirmado por estudios previos y de lo que aconsejan los médicos.
La investigación analizó el caso de casi dos millones de personas en el Reino Unido y determinó que, "comparado con gente de peso saludable o normal, las personas de bajo peso tienen un mayor riesgo, pero los obesos o en sobrepeso tienen un riesgo menor", dijo a la BBC Nawab Qizilbash, de la organización británica Oxon Epidemiology, que dirigió el estudio.
La demencia es una de las enfermedades cuya prevalencia va en ascenso. Se estima que el número de pacientes se triplicará para el 2050, hasta alcanzar unos 135 millones.
No hay cura ni tratamiento para combatirla, y hasta ahora los expertos han recomendado mantener un estilo de vida saludable como la mejor forma de prevenirla.
Y es por esto que los resultados de esta investigación son tan controversiales y sorprendentes.

Sorprendidos

Para llegar a esta conclsuión, un equipo de investigadores de Oxon Epidemiology y la escuela de Medicina Tropical de Londres, analizó los récords de 1,95 millones de personas, con un promedio de edad de 55 años, por un espacio de dos décadas.
Persona comiendo hamburger
Los investigadores advierten que este estudio no debe llevar a la gente a comer más porque pueden no vivir lo suficiente para ver los beneficios.
Según el estudio, los estimados más conservadores arrojan que las personas de bajo peso tienen un riesgo 39% mayor de padecer demencia comparado con una persona de peso normal o saludable.
Mientras tanto, para aquéllos que tienen sobrepeso el riesgo es un 18% menor. Y la cifra es de 24% menos para el caso de los obesos.
"Es sorprendente", dijo a la BBC el doctor Nawab Qizilbash.
"Lo controversial es que quienes tienen sobrepeso y los obesos tienen un riesgo menor de padecer demencia que quienes tienen un peso normal o saludable", señaló.
"Y estamos convencidos de que los resultados son muy sólidos. Hemos trabajado con el más amplio número de casos por un buen número de años".
La investigación contradice la mayoría, si no todos los estudios que se han hecho sobre el tema, "pero si los tomas a todos en conjunto, nuestro estudio los sobrepasa por mucho en términos del número de casos y precisión", dijo Qizilbash.
Aunque eso no significa que hay salir corriendo a subir de peso para intentar evitar la demencia.

¿Y cuál es la razón?

Efectivamente, como el propio profesor Qizilbash reconoce, la razón de la relación entre demencia y peso corporal todavía no está clara y es algo que tiene que investigarse.
"Pero hay evidencias de que la deficiencia de vitaminas D y E están asociadas a un mayor riesgo de demencia, y puede ser que esto sea menos común en personas que comen más", sugiere.
Persona pesándose
Aunque no hay tratamiento contra la demencia, los médicos recomiendan mantener un estilo de vida sano, evitando el sobrepeso.
Y el editor de temas de salud de la BBC, James Gallagher, señala que el estudio deja otras muchas preguntas sin responder.
"¿Tiene la gordura un efecto protector o hay algo más detrás de esto que pueda llevar a algún tratamiento para combatir la demencia?", se interroga Gallagher.
Y Nawab Qizilbash advierte que los hallazgos no deben ser una excusa para que la gente comience a comer como loca y a acumular peso.
"No puedes sencillamente concluir que está bien ser obeso, aun cuando esto tenga un efecto protector, porque podrías no vivir lo suficiente para ver los beneficios", dijo.
Persona obesa
La obesidad está asociada a mayor riesgo de padecer diabetes y muchas otras dolencias.
Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, algunos tipos de cáncer y una serie de enfermedades están vinculadas a la obesidad.
Y varias organizaciones y expertos sobre el tema han reaccionado al estudio con cautela.
La Sociedad de Alzheimer del Reino Unido destacó que los resultados muestran cuán difícil es conducir investigaciones en torno al complejo tema de cómo el estilo de vida puede influir en el desarrollo de este mal.
Y la profesora Deborah Gustafson, experta estadounidense, advierte que este estudio "no tiene la última palabra sobre este tema, altamente controvertido"



jueves, 9 de abril de 2015

«El trabajo conduce a posibles nuevos objetivos para el tratamiento de la alopecia», explica Cheng-Ming Chuong, experto en células madre

Logran que nazca pelo nuevo tras arrancar cabellos con una densidad concreta
COURTESY OF CHENG-MING CHUONG
Pelo regenerado

Un equipo dirigido por el experto en células madre de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, Cheng-Ming Chuong, ha demostrado que arrancando 200 pelos en un patrón y una densidad específicos se puede inducir el crecimiento de 1.200 pelos en un ratón.
"Es un buen ejemplo de cómo la investigación básica puede conducir a un trabajo con potencial valor traslacional", afirma Chuong, que es profesor de Patología en la Escuela de Medicina Keck de la USC. "El trabajo conduce a posibles nuevos objetivos para el tratamiento de la alopecia, una forma de pérdida de cabello", explica.
El estudio comenzó hace un par de años, cuando el primer autor y profesor visitante Chih-Chiang Chen llegó a la USC desde la Universidad Nacional Yang-Ming, en Taiwán, y el Hospital General de Veteranos de Taiwán. Como dermatólogo, Chen sabía que el daño en el folículo piloso afecta a su entorno adyacente y el laboratorio de Chuong ya había establecido que este ambiente a su vez puede influir en la regeneración del cabello.
Con la combinación de estos conocimientos, razonaron que podrían ser capaces de usar el entorno para activar más folículos. Para probar este concepto, Chen ideó una elegante estrategia para arrancar 200 folículos pilosos, uno por uno, en diferentes configuraciones en la parte posterior de un ratón.
Cuando se quitó el pelo en un patrón de baja densidad de una superficie superior a seis milímetros de diámetro, los pelos no se regeneraron. Sin embargo, eliminar pelos en una mayor densidad de áreas circulares con diámetros de entre tres y cinco milímetros activa la regeneración de entre 450 y 1,300 cabellos, incluyendo los pelos fuera de la región depilada.
En colaboración con Arthur D. Lander, de la Universidad de California, Irvine, Estados Unidos, el equipo demostró que este proceso regenerativo se basa en el principio de sensación de quórum, que define cómo un sistema responde a los estímulos que afectan a algunos, pero no a todos los miembros. En este caso, la detección de quórum subyace en cómo el sistema del folículo piloso responde a la eliminación de algunos, pero no todos los pelos.
Con análisis moleculares, el equipo demostró que estos folículos arrancados lanzan señales de estrés mediante la liberación de proteínas inflamatorias, que reclutan células inmunes hacia el lugar de la lesión. Entonces, estas células inmunes secretan moléculas de señalización como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a), que, a una cierta concentración, se comunican a los folículos de los que se han arrancado pelos y los que todavía los tienen que es el momento de hacer crecer el pelo.
"La implicación del trabajo es que también pueden existir procesos paralelos en los procesos fisiológicos o patógenos de otros órganos, aunque no se observan tan fácilmente como la regeneración del cabello", argumenta Chuong, cuyo trabajo se detalla en un artículo que se publica este jueves en la revista 'Cell'.

miércoles, 8 de abril de 2015

La asociación es, en parte, genética y no se debe a otros factores conocidos, como la alimentación durante la infancia

Una menor estatura se asocia con un mayor riesgo de enfermedad del corazón
Las personas más bajas podrían tener un mayor riesgo cardiovascular

A menor estatura, mayor es el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca. Esta es la principal conclusión de un estudio dirigido por la Universidad de Leicester (Gran Bretaña) que ha visto que por cada variación de 6,5 cm en la estatura se produce un aumento en el riesgo de enfermedad cardiaca de un 13,5%. Por ejemplo, en comparación con una persona que mide 1,70 metros, otra que tiene una estatura de 1,50 tiene un 32% más de riesgo de tener una enfermedad cardiovascular.
Desde hace años se sabe que hay una relación entre el riesgo de enfermedad cardiovascular y la estatura de un individuo. Ahora, la investigación, dirigida por Nilesh Samani, de la British Heart Foundation y la Universidad de Leicester, ofrece una posible explicación a esta asociación. La causa parece ser genética, concluyen en el estudio que se publica en «The New England Journal of Medicine».
Hasta ahora, indica Samani, se ha hablado de factores como el entorno socioeconómico o la alimentación durante la infancia como los que podrían determinar la estatura y también el riesgo de enfermedad cardiaca. Pero en este trabajo, señala «hemos empleado un enfoque genético para demostrar que la asociación entre una menor estatura y un mayor riesgo de cardiopatía es una relación primaria y no se debe a estos factores conocidos».

Bloqueo de las arterias

La enfermedad coronaria es la causa más frecuente de muerte prematura en todo el mundo. Se produce por un estrechamiento de las arterias que suministran sangre al músculo del corazón (arterias coronarias) causada por la grasa que se deposita en las paredes de las arterias. Al bloquearse la arteria se puede producir a un infarto.
Explica Samani que la estatura de una persona esté muy determinada por los genes; además, «en los últimos años se han identificado un gran número de variantes genéticas en nuestro ADN que definen la estatura de cada individuo». Y, recuerda que el ADN «no puede ser modificado por el estilo de vida o la situación socioeconómica. Por tanto, si una estatura más corta se asocia de forma directa con un mayor riesgo de enfermedad coronaria se podría esperar que estas variantes genéticas también se relacionan con la enfermedad coronaria; y esto es precisamente lo que hemos encontrado», explica Samani.
Los investigadores han trabajado con los datos genéticos del Consorcio CADIoGRAM+C4D de casi 200.000 personas con o sin enfermedad coronaria. Así, examinamos, dice Christopher Nelson, si 180 variantes genéticas que afectan a la estatura también se asociaban con las cardiopatías. «Y vimos que por cada cambio en la altura de 6,5 cm causado por estas variantes había una variación en el riesgo de enfermedad cardíaca de un 13,5%». Es decir, «a mayor estatura inducida por los genes, menor riesgo, y viceversa», añade.
Los investigadores también evaluaron si la asociación entre una menor estatura y un mayor riesgo de enfermedad coronaria podría explicarse por factores de riesgo conocidos como el colesterol, la hipertensión arteria, diabetes, etc.. En este sentido Nelson señala que estos parámetros «únicamente podrían explicar una pequeña proporción (menos de un tercio) de la relación entre la menor estatura y la enfermedad cardíaca. El resto –asegura- se explica probablemente por procesos biológicos compartidos que determinan la altura y el desarrollo de la enfermedad cardíaca al mismo tiempo».

La importancia del ADN

Lo cierto es que esta investigación es el primera en mostrar que la conocida asociación entre una mayor estatura y un menor riesgo de enfermedad coronaria se debe, al menos en parte, a los genes más que factores nutricionales y de estilo de vida. Según detalla Jeremy Pearson, de la British Heart Foundation, el trabajo ha identificado varias vías genéticas que parecen controlar tanto la estatura de una persona como su riesgo de enfermedad coronaria. «El análisis de dichos genes podría sugerir nuevas formas de reducir el riesgo de las enfermedades cardíacas y circulatorias».
Para Samani, a pesar que se conocen múltiples factores que afectan el riesgo de enfermedad coronaria, como el tabaquismo, «los resultados ponen de relieve el hecho de que las causas de esta enfermedad tan común son complejas». Y, añade, «aunque los resultados no tienen implicaciones clínicas inmediatas, una mejor y mayor comprensión de los mecanismos biológicos que subyacen en la relación entre una menor estatura y un mayor riesgo de enfermedad coronaria puede abrir nuevas vías para su prevención y tratamiento».

Y los más altos... cáncer


Los flavonoles mejoran la sensibilidad a la insulina y aumentan la supervivencia de las células beta pancreáticas

Un componente del cacao podría prevenir la diabetes tipo 2
Un poco de chocolate podría prevenir la diabetes tipo 2

Un componente del cacao, los flavanoles, podrían ayudar a retrasar la progresión de la diabetes tipo 2 al frenar la pérdida de masa y función de las células beta del páncreas causada por esta enfermedad. Esta es el principal resultado de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que demuestra por primera vez este potencial efecto antidiabético en un modelo animal in vivo.
El cacao es un alimento rico en compuestos bioactivos como los flavanoles, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. En cultivos celulares ya se ha demostrado que poseen efectos antidiabéticos al promover la funcionalidad y la supervivencia de las células beta del páncreas. Ahora, estos nuevos datos muestran que los modelos murinos alimentados con una dieta rica en cacao durante la etapa pre-diabética (entre la seis y 15 semanas de vida) son capaces de disminuir sus niveles de hiperglucemia (exceso de azúcar).
Además, los resultados que se publican en «Molecular Nutrition and Food Research» muestran que los animales también mejoran su sensibilidad a la insulina y ralentizan la pérdida de la masa y la función de las células beta pancreáticas, y presentan un aumento de la actividad de las defensas antioxidantes del páncreas que sirve para mejorar la situación de estrés oxidativo y muerte celular del estado pre-diabético.

Células beta

«Los resultados muestran por primera vez en un modelo animal ‘in vivo’ que el cacao podría proteger frente a la pérdida de la función y de la masa de células beta del páncreas que tiene lugar en la diabetes tipo 2 y retrasar, por tanto, la progresión de la enfermedad», señala Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) del Instituto de Salud Carlos III. Sin embargo, añade, «es necesario realizar más investigaciones que permitan definir la magnitud real de estos beneficios y sobre todo esclarecer sus mecanismos de acción».
La experta dice que el cacao y sus flavanoles han suscitado una gran atención por su potencial para prevenir la diabetes tipo 2. «Se sospecha que la disfunción de las células beta se debe en parte al estrés oxidativo que aparece en la fase pre-diabética. Por lo tanto, el interés en la identificación de compuestos antioxidantes naturales que contribuyan a la preservación de las células beta ha crecido rápidamente hasta el punto de ser considerado estratégico para prevenir o tratar esta enfermedad», concluye Martín.


Teff
De alto contenido en proteínas y calcio y libre de gluten, el teff está ganando popularidad a nivel internacional.
Bajo un cielo azul radiante, un granjero vestido con un chaleco sin mangas rojo está espoleando a sus cinco bueyes para que aplasten montones de hierba seca para extraer sus semillas.
Cerca, otros jornaleros usan horquillas con el mismo fin, lanzando el pasto al aire en un proceso milenario conocido como aventado.
Esto es una escena de la cosecha en Etiopía, que en esta época del año puede presenciarse a lo largo y ancho del país.
La semilla o grano en cuestión se llama teff.
Los granos de teff son tan pequeños como las semillas de amapola.
Los etíopes han cultivado el teff desde hace milenios, pero el producto ahora parece estar atrayendo la mirada del resto del mundo: podría convertirse en el nuevo "supergrano" para los mercados europeo y norteamericano, superando a la quinua y a la espelta.
De alto contenido en proteínas y calcio y libre de gluten, el teff está ganando popularidad a nivel internacional.
La harina de teff es fermentada antes de ser convertida en injera.
Pero aunque en Etiopía es una comida corriente -sobre todo cuando se usa para producir injera, un pan plano muy fino-, el país mantiene una prohibición de exportar el grano desde hace mucho tiempo.
En su lugar, las empresas etíopes solo pueden exportar injera y otros productos de teff cocinados, como pasteles o galletas.
Sin embargo, existe esperanza de que si Etiopía aumenta su cosecha, pronto el grano pueda ser exportado.

Repartos aéreos

La injera se calienta como si fuera una tortilla.
Después de varios minutos la injera está lista.
"Empezamos desde cero, y ahora estamos llevando nuestra comida tradicional a todo el mundo", dice Hailu Tessema, fundador de Mama Fresh, el primer productor a gran escala de injera en Etiopía.
La aerolínea Ethiopian Airlines lleva 3.000 panes de injera de Mama Fresh a la semana desde Adís Abeba, la capital, a la ciudad de Washington DC, en EE.UU.
"La demanda está creciendo en un 10% por mes", dice Tessema, de 60 años, que no ve la prohibición de exportar semillas de teff como un problema.
"Es mejor exportar un producto con valor añadido, ya que eso crea más empleo".
Mama Fresh da trabajo a más de 100 personas y planea contratar a otras 50 este mismo año. También trabaja con 300 granjeros como suministradores de la semilla.
Tessema abrió el negocio en 2003 con 100.000 birr etíopes (unos US$5.000), operando desde una vieja cabaña un poco destartalada.
Ahora, su firma logra beneficios de alrededor de 17 millones de birr (US$836.000) y el año pasado el negocio se trasladó a una nueva factoría.

Talón de aquiles

Pero a pesar de los elogios que han recibido las propiedades nutricionales del teff, existe un inconveniente.
"Las cosechas de teff no aportan mucho grano", dice Zerihun Tadele, un investigador etíope en el Instituto de la Ciencia sobre las Plantas en la Universidad de Berna, en Suiza. "Se ha hecho muy poca investigación sobre este cultivo".
La empresa de Hailu Tessema exporta teff a todo el mundo.
El rendimiento medio por hectárea de teff en Etiopía es de 1,4 toneladas, que es menos de la mitad de las 3,2 toneladas que se obtienen de variedades modernas de trigo.
Tadele espera que, a través de investigación y mejoras en los métodos de cultivo, el rendimiento de una hectárea de teff en Etiopía pueda aumentar a 5 toneladas.
Esta mejora tardará en materializarse porque las cosechas de teff más recientes no han crecido al mismo ritmo que lo ha hecho la población de Etiopía, lo que ha hecho que el teff se haya vuelto inaccesible para el bolsillo de muchos etíopes, en especial fuera de Adís Abeba.
Sophie Sirak-Kebede está liderando la promoción del teff en Reino Unido.
Sirak-Kebede, una empresaria de origen etíope que vende productos de teff en Londres, dice que esta situación crea un dilema porque "el teff es la espina dorsal de Etiopía".
"Un déficit de teff sería como pedirle a los etíopes que dejasen de respirar".
Pero al mismo tiempo Sirak-Kebede cree que el gobierno etíope no debería desperdiciar una oportunidad global que podría beneficiar a más de seis millones de agricultores, al tiempo que supondría el ingreso de muy valiosas divisas extranjeras.
El teff ha sido cultivado en Etiopía desde hace milenios.
Sin duda, el gobierno etíope ha tomado nota del ejemplo de la quinua, que se ha popularizado tanto en todo el mundo que mucha gente en los países donde se cultiva, como Perú o Bolivia, ya no pueden comprarla.
Si la prohibición de exportar teff se levantase, Sirak-Kebede dice que querría comprar tierras en Etiopía con el fin de cultivar el grano allí para su negocio en Londres.
"Siendo de origen etíope, preferiría obtener teff de Etiopía", dice Sirak-Kebede.
"¿Quién mejor que un granjero etíope cuando se trata de teff? Su calidad es incomparable".


martes, 7 de abril de 2015

Compras
No te quedes con lo primero que veas en el supermercado.
Es el sueño de cualquiera que quiera adelgazar: perder peso sin tener que pensar en ello.
Y Brian Wansink, director del Laboratorio de Alimentos de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, asegura haber encontrado las claves para adelgazar sin hacer dieta.
Se trata de pequeños cambios en nuestro entorno diario que facilitan que comamos menos. Las recomendaciones están basadas en las investigaciones de Wansink y su equipo, plasmadas en el libro Slim by Design ("Delgados por diseño).
El experto cree que nuestras vidas son demasiado ajetreadas, y nuestra fuerza de voluntad demasiado débil, como para lograr perder peso a través de un intento consciente y continuado.
Lo mejor es incorporar una serie de cambios que nos hagan comer menos sin esfuerzo.
1- Sirve la comida desde los fogones, lejos de la mesa.
Este pequeño truco te ayudará a comer un 19% menos de media (el cambio es mayor en caso de los hombres).
La razón, según el experto, es que si la comida se sirve y se deja encima de la mesa, es probable que alguno de los comensales (en general, el que haya terminado primero) repita plato.

2- Guarda los cereales en el armario y coloca los más sanos por delante del resto.

Cereals
Los cereales, mejor guardados en el armario.
Una persona que mantiene los cereales a la vista pesa, de media, unos 9,5 kilos más que la que no lo hace.
"Lo curioso es que en el caso de las galletas o de los dulces la diferencia no es tan grande", le explica Wansink a BBC Mundo.
Esto es así porque la gente suele saber que estos productos no son muy sanos y tiende a limitar su consumo, mientras que los cereales, en general, se perciben como un producto sano que no engorda tanto. Por eso hay que esconderlos.

3- Pon las frutas y las verduras en la parte más a la vista del refrigerador.

Este hábito te ayudará a comer tres veces más de este tipo de alimentos. La idea es dejar los alimentos más calóricos en los cajones más bajos que son menos visibles, para tener menos antojos.

4- Si bebes vino, mejor tinto y en vaso corto

Las personas nos centramos más en la altura del líquido que en la anchura a la hora de medir la cantidad.
De media, se sirve un 12% menos de vino en un vaso de vino blanco, que suele ser más corto, que en uno de vino tinto.
Además, tendemos a beber menos vino si es tinto. La razón es que el color del líquido lo hace más visible y, por tanto, somos más conscientes de la cantidad que nos servimos.
"Bebemos un 10% menos de media en el caso del vino tinto", destaca el experto.

5- En los restaurantes, siéntate cerca de la puerta.

Restaurante
Según dónde te sientes en el restaurante comerás más o menos.
Los comensales que se sientan más lejos de la puerta de entrada comen menos ensalada y tienen una probabilidad un 73% mayor de pedir postre.
Al sentarse más atrás, los comensales suelen estar más cerca de la cocina y ven con más frecuencia a los camareros llevar los postres a otras mesas, lo que les hace tener más ganas de pedirlos.
Wansink cree también que otra razón es que los comensales que se sientan cerca de la puerta "ven a la gente fuera" y esto les hace ser conscientes de su propio aspecto y pedir algo más saludable.

6- Recorre todo el pasillo del supermercado

Cuando vamos al supermercado, tenemos una probabilidad un 11% mayor de comprar la primera verdura que vemos con respecto a la tercera.
Por eso, Wansink recomienda que recorramos todo el pasillo y así, ampliaremos la variedad de nuestra dieta.

7- Divide el carro de la compra en dos partes, con las frutas y las verduras al frente y el resto detrás.

Vino
Si bebes vino, que sea en un vaso ancho. Así beberás menos.
Esto hace que pienses más en lo que estás poniendo en el carro y te llevará a comprar un 23% más de verduras.
El 61% de todo lo que compras está más o menos a la altura de los ojos.

8- En la oficina, guarda los dulces en un bote opaco y tapado

De esta forma, harás que estén menos accesibles. La gente que deja los dulces encima de la mesa de la oficina tiende a pesar un 6,8 kilos más que el resto.